Las primeras recomendaciones sobre comida que me dieron, en principio, me fueron útiles, basicamente porque estaba empezando y no tenia ni idea de qué comer y como comer.
Con el tiempo , sin embargo, he de hacer algunas observaciones, que por supuesto y como no me canso de repetir, son absolutamente particulares.
Con el punto uno no puedo estar mas en desacuerdo, incluso puedo decir que mis apetencias en este sentido han dado un giro de 360 grados. y tengo que hacer notar que esto me ocurre tanto con lo dulce como con la fruta y otros alimentos que antes no ingería de manera asidua y hoy se han convertido en una tortura para mi olfato.
Luego está, claro, la cuestión del paladar, que no es cuestión baladí, ya que la monotonía de sabores en nuestra alimentación es tal, que llega un momento en que la necesidad de cambio se impone. Total, que aversión a esto o aquello, nada de nada, todo lo contrario.
En este sentido, he descubierto algunas cosas que a mi me ayudan bastante. A saber:
1.- La cuestión dulce. Yo tengo días de bajón físico y psicológico en los que solo me recupero comiendo algo dulce, osea, algo con azúcar de verdad y no con otros sustitutos. Son días muy esporádicos, y sé bien que si me excedo, lo lamento despues, pero no tengo otra salida.
No obstante, hay engaños sabrosos que ayudan a mejorar estas situaciones. La STEVIA, por ejemplo. Esta es un planta usada desde tiempos inmemoriales por los indios sudamericanos con un gran poder edulcorante y que podemos adquirir en formato pastillas como la sacarina. en formato polvo como el azúcar de toda la vida, incluso en líquido, aunque tengo que decir que es bastante mas cara. Tiene a su favor que es muy muy edulcorante, es decir, que con menos cantidad endulzas igual o más y sobretodo, que no tiene ni una caloría, lo que a nosotros nos viene de perlas.
No he cocinado con ella pero la he calentado como para hacer caramelo y en principio pareció comportarse como el azúcar normal.
Otro producto a tener en cuenta es la glucosa pura, apta para fructosémicos y que yo compro por encargo en la farmacia. Tiene el inconveniente de su manipulación, se endurece con los líquidos y tarda mucho en disolverse.
Luego están las cosas envasadas. En su enorme mayoría nos están vedadas por sus edulcorantes, pero algunas marcas ya están empezando a tenernos en cuenta, gracias a Dios. En concreto yo recurro con alguna frecuencia a la variada gama de galletas sin fructosa ni sorbitol ni otros azúcares que la marca Gullón tiene en el mercado, si bien es cierto que llevan isomalt y maltitol que tampoco son muy recomendables, pero a mi, en pequeñas cantidades y no todos los días, no me sientan mal. Eso sí, sospecho que engordan un poquito, probablemente debido a las diferentes grasas que contiene, hay que dosificar porque para nosotros perder kilos es bastante mas complicado que para el resto del mundo. (Y OJO, contienen trazas de leche)
Otras marcas como Diet nature, Special Line del Corte Inglés y como no Mercadona, también tienen productos en esta línea, aunque repito, siempre siempre debemos leer los ingredientes y probar, la observación de nuestro propio cuerpo es el mejor método de trabajo, aunque en ocasiones nos derive en un malestar mas o menos prolongado.
A todo lo dicho tengo que añadir que uno de los síntomas de esta intolerancia y una de las consecuencias de la ingesta de estos y otros alimentos, es la diarrea continuada. Bien, pues yo padezco desde siempre un estreñimiento que ha terminado siendo crónico, una de mis llamativas particularidades dentro de lo general.
Y para saber algo mas, de nuevo aquel libro que tanto me ayudó y que sigo consultando. Por cierto, tiene algunas recetas interesantes, aunque es cocina alemana y se nota.